sábado, septiembre 23, 2006

en el tren oscuro

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__Todas las mañanas entro a un tren subterráneo
ahí siempre hay mucha gente

pero hoy había muchas, muchísimas personas...

sólo dos eran de verdad

un tipo al que le dolían mucho los pies
estaba apoyado en una gran ventana... cambiaba de posición a cada instante, buscando sentirse mejor

y una niña que, sentada en el suelo con su frente apoyada en la oscura ventana, miraba hacia afuera atravesando la humedad de sus ojos, adivinando formas olvidadas

él, de pie al lado de ella, desahogaba su incomodidad en suspiros

_ella, en su añoranza, soltó la mirada y se dejó inventar tres lágrimas emisarias...

cuando las lágrimas tocaron los pies de él, el tren se hizo blando
el tiempo bajó y envolvió junto lo que ambos sentían
sus ojos se juntaron
los fantasmas desaparecimos

__sólo nosotros continuamos el viaje
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